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HABLEMOS UN POCO DE QUÍMICA: LA IMPORTANCIA DEL PH PARA LA SALUD DE LA PIEL Y EL SISTEMA INMUNE

La química es una ciencia que nos rodea en todas partes, incluso en nuestro propio cuerpo. Uno de los conceptos fundamentales en química que impacta directamente en nuestra salud es el pH. Pero, ¿qué es el pH y por qué es tan importante conocerlo para mantener una piel saludable y un sistema inmune fuerte?


El pH es una medida que indica cuán ácida o alcalina es una sustancia, según la concentración de iones de hidrógeno (H+). Esta escala va del 0 al 14: un pH de 0 a 6 indica que una sustancia es ácida, un pH de 7 indica que es neutra, y un pH de 8 a 14 indica que es alcalina.

La piel, siendo nuestro órgano más expuesto al medio ambiente, actúa como una barrera protectora constante. Por ello, su pH es ácido, normalmente entre 4 y 6. Este pH ácido ayuda a mantener alejados a los microorganismos patógenos, ya que no pueden sobrevivir en este ambiente.


Sin embargo, si la piel se expone a un medio alcalino (pH 8-14), se activan enzimas que pueden dañarla, se inactivan péptidos antimicrobianos y se afecta la producción de ceramidas, importantes para fortalecer la barrera cutánea. Esto puede resultar en deshidratación, envejecimiento prematuro de la piel, dermatitis o acné. Por tanto, es crucial seleccionar productos con un pH ácido para cuidar adecuadamente la piel y evitar daños en su microbioma, lo que a su vez contribuye a mantener un sistema inmunológico fuerte.


En el cuerpo, la regulación del pH es estrictamente controlada, ya que pequeños cambios pueden poner en riesgo la vida del paciente. Por ejemplo, en el estómago, se necesita un pH ácido para una digestión adecuada.


Cualquier alteración en este pH, como por el consumo de alimentos irritantes o exceso de antiácidos, puede provocar inflamación y dificultar la absorción de nutrientes.

Mantener un pH sanguíneo alcalino (alrededor de 7.4) es vital para no alterar el sistema inmunológico. Esto se logra a través de una alimentación saludable, rica en frutas y verduras, y evitando alimentos procesados y alcohol, que pueden acidificar la sangre y aumentar el riesgo de enfermedades graves como el cáncer. Además, es importante destacar que este equilibrio químico se regula mediante «buffers», como los ácidos cítricos, que ayudan a amortiguar cambios negativos en el pH.


En resumen, nosotros mismos podemos contribuir a mantener un adecuado pH en nuestro organismo mediante una alimentación balanceada, hábitos de vida saludables y el uso adecuado de productos para el cuidado de la piel. Entender el pH y su impacto en nuestra salud es clave para prevenir enfermedades y promover un bienestar óptimo.


Dra. Adriana Gudiño Reyes



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